Un mineral es un sólido homogéneo, inorgánico. Que se presenta de manera natural y que posee una estructura atómica ordenada y una composición química definida o que varia dentro de ciertos límites, lo que le confiere una serie de propiedades físicas y características determinadas.
Esta definición excluye productos obtenidos artificialmente y ciertas sustancias que algunos autores consideran verdaderos minerales, mientras que otros las denominan mineraloides. Tal es el caso de las sustancias amorfas que carecen de estructura interna ordenada. Como por ejemplo el ópalo y la calcedonia; o de sustancias en estado liquido (petróleo), o gaseoso (metano). Esta definición es también ambigua en el sentido de que existen algunos minerales, por ejemplo la calcita (CaCO3), que puede ser producida por organismos vivos y que en nada difiere de la calcita formada por procesos naturales en los que no hay organismos implicados.
Vemos, por lo tanto, que la definición de mineral es compleja ya que no se ha alcanzado un consenso respecto al significado exacto del término
Una vez definido el término mineral, una roca puede considerarse, simplemente, como un agregado o asociación de uno o más minerales que conservan individualmente sus propiedades.
Una roca estará caracterizada por la presencia de determinados minerales, en proporciones distintas dentro de cada tipo de roca. Una roca puede estar formada por un solo mineral (yeso, caliza) o por varios minerales (granito).
Los minerales pueden formarse por cristalización a partir de fluidos o por transformaciones en estado sólido. El primer caso incluye:
a)- enfriamiento de materiales fundidos de origen magmático (olivino, piroxenos)
b)- evaporación a partir de una disolución acuosa (halita, yeso)
c)- por sublimación de vapores (azufre)
En el segundo caso, las transformaciones se producen por cambios en las condiciones ambientales, básicamente presión y temperatura.
La importancia del estudio de los minerales radica en el hecho de que, además del valor económico que puedan tener (piedras preciosas, menas, etc.), constituyen un criterio de clasificación de las rocas y, sobre todo, porque proporcionan información sobre las condiciones en las que los minerales, y las rocas que los contienen, se han formado. Así, por ejemplo, a partir del estudio de los minerales formados en zonas profundas podemos deducir las condiciones físico-químicas que imperan en estas zonas, inaccesibles a la observación a la observación directa. Por otro lado, el estudio de minerales formados en condiciones superficiales nos puede ayudar a determinar las condiciones que predominaron en la superficie de la tierra en épocas pasadas. Podemos, por ejemplo, deducir la composición del agua de mares antiguos, a partir de los minerales que se formaron por evaporación de esta agua, o deducir variaciones paleo climáticas a partir de minerales que se formaron por alteración de rocas superficiales.
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